La basura es un problema ambiental muy importante en Málaga, debido entre otras cosas a que los ciudadanos no estamos concienciados de que es muy perjudicial para el medio ambiente.

Otro gran problema, son los vertederos, que antes eran simplemente lugares donde se almacenaba la basura sin ningún control, al no tener ningún tipo de medida sanitaria especial, se llenan de ratas, se incendian, despiden malos olores y humos, y contaminan los acuíferos subterráneos y las aguas superficiales.

Hoy en día están más controlados, pues se realizan agujeros donde se compacta e impermeabiliza tanto el fondo como los laterales. La basura se coloca en capas y se recubre todos los días con una delgada capa de tierra para dificultar la proliferación de ratas y malos olores y disminuir el riesgo de incendios.

Todo esto está muy controlado mediante una gran vigilancia y variados análisis.

Los vertederos incontrolados son un riesgo para la salud pública.

En el año 2000 el Consejo de Ministros del Gobierno aprobó el Plan Nacional de Residuos Urbanos 2000-2006. Entre los objetivos de éste se encontraban la clausura y sellado de los casi 4.000 vertederos incontrolados en España.

La dispersión incontrolada de residuos puede ocasionar serios problemas para la salud y tener un impacto ambiental directo e indirecto. Los impactos directos se derivan de la peligrosidad de los componentes de los residuos que contaminan el suelo, el agua y el aire. Los impactos indirectos, por su parte, son un derivado de la importancia del derroche energético y de materiales que supone el vertido de residuos.

En estos últimos años las asociaciones de fabricantes de determinados productos han formalizado convenios con las administraciones públicas para fomentar el reciclaje. De este modo, los fabricantes ahorran materias primas y energía en los procesos de manufacturación y transporte, y la Administración obtiene un beneficio que puede invertir en actividades y servicios. La gestión de residuos también genera un beneficio indirecto, puesto que el volumen y el peso de las basuras disminuyen sensiblemente. Algunos materiales, como por ejemplo el vidrio, el papel, los fármacos o las pilas usadas, ya disponen de sus propios circuitos de reciclaje, independientes de las plantas habituales. Se trata de sistemas diseñados para la recuperación de materias primas de un alto índice de toxicidad.

La cantidad de basura que produce la ciudad de Málaga, es superior a la capacidad espacial que se tiene para su almacenamiento o vertido. Ya que la provincia genera una media de 126.000 toneladas al año. Y no existe espacio suficiente para almacenar estos residuos que no cesan de crecer.

Las aguas residuales crean un gran problema para el mar, ya que están los desagües desprovistos de una tecnología depurativa, y eso nos lleva a padecer contaminación en nuestras playas, que a su vez son una fuente económica turística.

La imagen exterior que podemos dar de nuestra ciudad no es impecable, pues queda mucho por hacer.

El reciclaje de basuras está claro que no ha encontrado aún la fórmula adecuada para aprovechar la basura que nuestra ciudad origina. Hace aproximadamente cuarenta años, este problema no existía, ya que la mayoría de los productos (ahí está el problema), no venían envasados tan individualmente como ahora (plásticos, cartones, cristal, etc.). Es el precio que una sociedad "avanzada" debe pagar por la comodidad de tener cada producto individualizado.

Los malagueños no estamos concienciados aún para el uso de los contenedores de reciclaje. Somos muy pocos los que nos preocupamos de buscar un contenedor adecuado. Por otro lado el ayuntamiento tampoco se preocupa mucho de mantener en cada zona el correspondiente depósito y vaciar más a menudo esos contenedores, que rebosan de cristales, plásticos, cartones…

La industria tiene mucho que hacer en este terreno. Nosotros somos hormiguitas frente a un elefante.

Pero no hay que perder la esperanza, ya que granito a granito se pueden conseguir objetivos positivos para conseguir una ciudad menos contaminada.